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27 junio 2007

LAREANDO VIBRARES DE GUITARRA

Gabriel Cisneros Abedrabbo
poesialas@hotmail.com


Todo vibra en el cosmos, todo fluye desde la gran armonía de un Yo del que somos célula y sentido, en la transformación permanente, la dialéctica es el motor que desde todos los saberes nos impulsa de carambola a ir más allá de lo que teníamos planeado.

Desde esta concepción de nuestra correspondencia con las dimensiones, todo es música o mejor dicho la música es la representación sonora de este axioma hermético, así lo entiende, lo siente y lo piensa el artista multifacético Hugo Lara quien tiende su alma en la esquina de barrio, para que sea cronista de la lluvia de alargados alfabetos que van construyendo la historia de las ciudades, lo intangible de los amores, lo absurdo de migraciones y el silencio de las ausencias.

Su voz profundamente social transforma los espacios en ambientes para armonizar los afectos y exteriorizar sentimientos de manera plena, su lienzo de corte clásico recrean paisajes y conceptos de un intimismo subversivo, su palabra es perinola en el germinar de los sentidos. Mientras escribo esta nota voy tarareando “Lucas y Lucía, eran dos enanos…”, el poema de Rubén Molina hecho canción por Hugo Lara, texto que nos habla de lo terrible de esa migración que enviuda conyugues y deja huérfanos de manera mutua a hijos y padres, de esa migración que te sirve el pan en la mesa y te quita al hijo en el abrazo !Carajo!, este vibrar de la música es más que eso es el pretexto para saber que los solos de un planeta incomunicado por estar demasiado comunicado no dejan de gritar, no dejan de gesticular que quieren volver a sus raíces, que ya no importa la máquina o el chip de las oportunidades; que lo que importa son los vibrares de nuestra mente, las músicas de nuestro subconsciente repicando en el orfanato de obstinadas identidades.

Hugo lareando, mugiendo a veces con un blues o trovando desnudo frente al lago donde lo parió la noche, nos devuelve a la espiritualidad de ser fugaces bocanadas de humo en el salto de los días. Por ser hijo de la noche tiene abiertos los sentidos y crucificados los adioses. Cuando el sea piel de una loza o recuerdo en una cinta de un siglo que pasará, tal vez su nombre se pierda en la memoria colectiva, sin embargo nadie olvidará a los que un día se fueron en un aeroplano y sin querer cambiaron un cielo por otro que no tenía sol.

26 junio 2007

LA CONCEPTUALIZACIÓN DE LO LIGHT UNA VALORACIÓN DEL ABSURDO


Gabriel Cisneros Abedrabbo
poesialas@hotmail.com

Lo profundo, los ejes sensoriales en la transformación del pensamiento, en el auge de la época de los autómatas, lastimosamente la nuestra, da paso a lo fútil, arañamos reiteradamente la superficialidad de las cosas, parecería que lo que importa hoy es la forma, no el fondo y a veces ni siquiera eso; se recurre a la trampa de conceptualizar la realidad, interpretándola a vuelo de un café ya que los modos de producción de estadísticas y miedos no dan para más.

Los críticos que de alguna manera son los que contextualizan la óptica social, están empeñados, en su gran mayoría, a exterminar ciertas manifestaciones estéticas como las artes plásticas y de manera particular la pintura o sino como se explica que en salones y bienales de pintura, ganen trabajos de fotografía, instalación o de arte conceptual que recurre a objetos efímeros y en muchos casos biodegradables para poner de manifiesto una idea, que se pierde en la memoria, en el mejor de los casos en la crónica especializada que hace una breve reseña de ella, es como si se quisiera que la trascendencia del objeto estético, se pierda sin eco social.

Es verdad que la modernidad va en vertiginosa carrera a ganar cada segundo, sin embargo deberíamos cuestionarnos qué tan trascendentes somos en lo que hacemos. Importa el cuánto producimos o importa el qué producimos, deberíamos como sociedades y como creadores tomarnos un minuto para respirar, para sentir la tierra y la luna que ha enamorado desde siempre y crear un arte con paciencia, lentamente, dejando que el yo creador respire, amé y llore.

Las universidades, campanarios cuadrados de una religión que no entiende a su dios, forjan en sus celdas a críticos que ven el libertinaje estético nuevos modelos de creación, personalmente me resisto; mil veces prefiero ser dinosaurio que veleta en un mar cristalizado en sal. Me gusta Dalí y Neruda, el viejo Vallejo y Diógenes Paredes, Frida, es su vértice frente a Rivera la vieja textura del lienzo que cuelgo en la memoria, me gusta como Roberto Carlos, esos amores a la antigua que perdían el corpiño en la ternura, que eran cómplices la fricción de epidermis.

Entiendo perfectamente que los críticos de nuestra época intenten justificar y hasta hayan creado un marco conceptual para darle vigencia lo lgith, para posibilitar la concepción de objetos que llaman “estéticos” en lo efímero, absurdo e intrascendente. Vivimos en un mundo que en algunas esquinas se esta quedando vacío sin alma, sin embargo de algo de lo que estoy convencido es que América Latina, por no ser parte de ese primer mundo en la domesticación del hombre, tiene posibilidades de sublevarse y de sublevar los conceptos, se habla reiteradamente de una visión política del hombre que sea ecológica, humanista y social, el arte debe encaminarse en esa línea partiendo de la premisa que en si es la agudeza sensorial que plasman los individuos de su contacto con la realidad, debe buscar que esa lectura que realiza de tiempos y escenarios posibilite que los sujetos que viven esas realidades y culturas por lo menos sientan que hay algo más allá, el arte debe ser la posibilidad de soñar a la que todos tenemos derecho.

23 junio 2007

UN MAESTRO SE VA . . .

Gabriel Cisneros Abedrabbo
poesilas@hotmail.com

De un tajazo, sin momento para despedidas, sin posibilidades para el abrazo o la última conversación sobre la problemática local que tanto le inquietó durante toda su vida, el destino cortó los sueños del Maestro y amigo Máximo Layedra
Una angustia intima parte desde efímera circunstancia de la naturaleza humana, nos cuestiona reiteradamente, el para qué estamos aquí; entender esas razones nos permite saber que quien ha emprendido el camino sin retorno, en éste luto de la intelectualidad chimboracense, estuvo para ser una fuerza de convergencia social, un líder de singular importancia cuya militancia por su barrio “Los Pinos” ha sido ejemplo en al ciudad de Riobamba, quienes vivimos en este espacio físico nos quedamos huérfanos del comandante que emprendió, a veces solo, las batallas

En la Casa de la Cultura y Diario “La Prensa”, sentimos de muchas formas su partida, se quedan inconclusos los libros de la campaña de lectura que estaba corrigiendo, se queda vacío un espacio en la mesa de trabajo al emprender proyectos de desarrollo social, pero más allá de eso en nuestras ternuras se crea una llaga, un grito, los Heraldos Negros que evocó Vallejo golpeando sin tregua, llorando sin calma.

Emprendió el salto, rompió la brecha que hiela la sangre fusionándose nuevamente a la tierra de donde germinó. El último acabose, la peregrinación ritual del silencio en al memoria colectiva, no ha llegado para Máximo Layedra, en la tierra quedan muchas semillas que él plantó, cada vez que éstas fructifiquen sabremos que su obra fue buena y que esta en nosotros. La tradición popular dice que “La única muerte es el olvido”; desde esa óptica Max vivirá por siempre.

Amigo, la tarde se rompe en mundos tristes, uno de ellos anida en mi pecho, despliega sus espinas y me rasga la carne con el luto, recordándome minutos compartidos, sonrisas plenas en la jorga de toda la vida; Maestro la senda es ancha nos veremos en la otra dimensión de nuestros tiempos.

13 junio 2007

LAS CLAVES DE GABRIELA PONCE

Gabriel Cisneros Abedrabbo
poesialas@hotmail.com
La trama de la noche es una paradoja, un imán a vuelos para que la poesía se irradie en las claves de sol de la escritora Gabriela Ponce que pone en el tapete de la memoria su primer poemario, desconcertando por la madures, por la solvencia estética de este “guagua” al que su madre de trenes invertidos, lo esculpió desde adentro sacándose más que la costilla y las tristezas para soplar en nosotros.

Gabriela Ponce, presiente el acabose, siente el puñal rasgándole el pecho y la utopía; se revela, salta, nos reta, nos escupe, nos engulle, en una hojarasca de palabras armonizando las percepciones de mil mundos, de mil hombres tristes que se mueren en una plaza o en un parque.

Con esté breve acercamiento a “Clave de sol”, vamos a tener un proximidad con la escritora. ¿Gabriela por qué escribir poesía ? y ¿Para quién escribirla?

Escribo como una suerte de sortilegio, para sacar ángeles y demonios que llevo dentro... Y para quién?

Sí, ¿Para quién?

Para mí, y para todo aquel que se tropiece con los versos, se refleje, ría, llore o escupa, lo importante para mí es producir alguna sensación, generar sensaciones sean estas buenas, malas o desagradables; saber que somos humanos, que percibimos, sentimos, que las palabras nacen de nosotros y nos encuentran, que las aceptamos o las rechazamos ese es el juego de la poesía.

Soy poeta... por gusto, por desocupación, por profesión... y por magia… Soy poeta por no saber que más hacer con el mundo en que vivo, por no encontrar otro refugio más que la palabra, comerla, saborearla y derramarla.

Crees que la poesía tiene función social

Pienso que si

¿Por qué ?

El poeta al utilizar la palabra, tiene que decir lo que pasa, para mí la poesía no solo es intimista, a través de ella puedes denunciar lo que le ocurre al mundo, la sociedad, la naturaleza, es muy importante que la percepción social del poeta sea plasmada en su trabajo.

Finalmente Gabriela como vez la nueva poesía ecuatoriana, hacia donde va y tu respecto a ella a dónde vas

Hay poetas contemporáneos, muy importantes en la actualidad, el problema es la difusión, pienso que las campañas de lectura deberían ser para que los nuevos trabajos y la gente nueva se de a conocer dentro de cada provincia y del país,, es una buena forma de dirigir a la poesía contemporánea, que no se pierda entre los círculos ya formados. A donde va la poesía, si no se piensa en encontrar nuevas formas de difusión de nuestra poesía, pienso que se quedará estacada en las bibliotecas de los panas.

Yo quiero seguir experimentando nuevas formas de decir, en la actualidad estoy tomando fotografías y a partir de ellas quiero escribir poesía.

06 junio 2007

TENTADO A AMORES ESTÉRILES


Gabriel Cisneros Abedrabbo
poesialas@hotmail.com

Me tentaron “Amores Estériles” con su piernas de luna entre lívidos nuevos, emergieron desde la portada en el bullicio mercantil del Quito nostálgico. Compré el libro más por aburrimiento que por intuición, sin embargo sus páginas afiladas me han decapitado varias veces.

Rafael M Arteaga, en el suicidio de seres oscuros que al no atreverse a jalar del gatillo siguen muertos ó en el pubis incestuoso de la hembra, se confronta como poeta en una suerte de ruleta rusa, de la que ha salido ileso, más no así sus receptores que al ser empujados al abismo descubren su desdicha de segundos, días y años de mentidos nirvanas unipolares y opresores.

El libro sin ser autopista en el fluir de la naturaleza humana deja filtrar los cataclismos interiores que sufrimos frente a la soledad infectada de ciudad, de máquina. No es la soledad reflexiva que germina entre nardos y mirlos; es la soledad en el laberinto de las gárgolas, vomitando hijos en la obligación genética; es la soledad que se huele entre el azufre de los cibercafés, donde solonautas se reproducen de tarde en tarde con sexos, erecciones y besos virtuales rompiendo la barrera del sonido, iluminando pantallas de plasma; perdiéndose sin olor, textura o saliva en gemela soledad al otro lado del mundo.

Esta literatura servirá para que los que queden, si tienen suerte, después del calentamiento global, las guerras del agua y la mecanización de las conciencias, tengan una radiografía de un mundo que tiritó de soledad. Hemos desmitificado todo, inclusive a nosotros mismos, que pasará cuando el “…Tanta vida y jamás…” de César Vallejo sea el paradigma del mercado; será suficiente quemar todos los huesos, aligerar el pasado y caminar desde el olvido.

Este libro de guillotinas afiladas, me cuestionó mientras le hacia la autopsia, estuvimos los dos desnudos piel a piel y no me atreví, ni me atrevo, a maldecirlo o a inocularlo contra el espanto; esta actitud contemplativa con el texto, en el movimiento dialéctico de las percepciones nos comunica. El amor ya no es tan estéril ni tan triste, ¡Aúlla!, sin luna ¡Aúlla!

Una de las críticas al texto dice que es una pistola y no un cándido e inofensivo libro, no lo creo; es el síntoma de un hombre descubriéndose desde la contaminación y el holocausto; descubriéndose como la parte pura del árbol y el lodo vital en la montaña, de un hombre que al verse vivo se resiste a sí mismo.

Si bien la poesía nos da plumas y turbinas, a Rafael M Arteaga le ha dado además preguntas y muertes; frustraciones y despedidas que vuelan de verso en verso en el repicar complejo del que lee.