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25 mayo 2007

EL ARTE EN UN MUNDO EN CRISIS

Gabriel Cisneros Abedrabbo
poesialas@hotmail.com



El mundo se enfrenta a una crisis de carácter descomunal, en la que nosotros; usted amigo lector y yo somos responsables en mayor o menor grado, en esta semana en libros y personajes de la cultura, se envía el mensaje que no todo esta perdido y que si podemos tomar acciones frente a los mitos catastróficos de la modernidad: calentamiento global, crisis del agua, hambrunas e inclusive extinción de especies entre ellas la humana, pueden ser detenidos con políticas ambientalistas y la participación ciudadana permanente, por ello es urgente la toma de conciencia frente a tres preguntas que han inquietado a la humanidad desde su formación de dónde venimos, quiénes somos y a dónde vamos.

Para quienes creemos en un Dios ecuménico, venimos de una evolución paralela espíritu-materia, en ese viaje de millones de años los paradigmas han cambiado tan drásticamente que el crecer y multiplicaos se ha tornado en parad, parad, parad. La madre tierra ya no aguanta más. Venimos de una cadena evolutiva donde el hombre se ha convertido en el centro de las transformaciones que ocurren en nuestro planeta; centro que pocas veces encuentra sus equilibrios y que más bien los pierde, se precipita, entre lunas decantadas, entre discursos grandiosos que conmueven y que entre líneas apuntan a nuestra extinción.

El arte ya no puede ser un elemento decorativo en las estanterías de la conciencia, tiene que convertirse en engranaje transformador, la poesía, la pintura, la música, etc. Deben tomar o mejor dicho retomar el sentido social y vincularse directamente al desarrollo humano, del que tanto se habla entre brindis y lisonjas rebuscadas. El viejo dilema de sí el arte debe o no debe servir para algo debe mutar en un engranaje para la toma de conciencia de los habitantes de una comunidad.

Tomar conciencia en actitudes cotidianas desde la sublimidad de la creación, debe ser nuestro enfoque como seres humanos de este planeta. Qué lindo sería que todos más allá de los gobiernos locales nos veamos como parte de la solución asumiendo actitudes tan simples como botar la basura en su lugar, respetar a la madre tierra, aprender a reciclar, ser parte de la naturaleza y no un elemento foráneo.

El mundo tiene pocas alternativas para no caer en una crisis climática , cada una de ellas están en nuestras manos; nuestro país vivirá un proceso democrático y los asambleístas que sean electos están en la obligación de regular en la Constitución todos los temas ambientales para la preservación y equilibrio del planeta, para que el sueño de nuestros descendientes se desarrolle en un escenario con olor a tierra, agua y maíz; y, no sea una jaula donde se escondan de los errores de su incrédulos abuelos.

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