Nada, se abstrae de la fuerza del cosmos, auque pongamos trampas y sortilegios en los períodos circulares de las vidas y las culturas; la lluvia que tiene que venir germinará esperanzas y ahogará a quienes a pesar de todas las señales se hayan negado a aprender a nadar।
Nuestras culturas andinas son eminentemente cósmicas, lo que quiere decir que se cultivaron y evolucionaron en el entendimiento de los ciclos de la vida y la muerte que aliatoriamente se dan día a día en nosotros que permanentemente nos intercomunicamos de manera inconciente con el entorno. De ahí que las viejas tradiciones, en una época de silencio espiritual, sean buscadas con avidez, en pos de crear imaginarios colectivos de respeto, afecto, solidaridad y amor.
En la provincia de Chimborazo, y en general en la zona andina de nuestro país, que según muchos expertos es el nuevo eje energético del planeta, se está evolucionando en la percepción del mundo de una manera increíble ¿Sino cómo se justifica una realidad actual con autoridades indígenas que hasta hace 50 años no tenía ningún derecho? Pensemos que hasta la década de los sesenta del siglo pasado, fruto del concertaje, se vendían haciendas con indios y hoy tenemos un prefecto indio, está transformación nos permite conceptualizar que los valores culturales del pueblo que fuera nativo de esta tierra se están proyectando y aportando a la permanente construcción de la identidad local.
Con este resurgir algunos de los hombres de sabiduría del pueblo indígena en un “tiempo nuevo” inyectan viejos usos y costumbres al revelar saberes que han sido entregados por tradición oral de generación en generación en el más absoluto hermetismo. Muchos saberes más se revelarán cuando sea oportuno. Hoy han devuelto a la piel de los andes al “Yayay Carnaval” y a la Mamá Shaba, después de más de dos siglos y medio están nuevamente con nosotros para llenar de alegría esta celebración que en cada una de las comunidades y caseríos de nuestra provincia fluye en sentidos de abundancia, de fraternidad y de agradecimiento a través del prójimo con la madre tierra por los frutos recibidos.
Para ser Yayay Carnaval y Mamá Shaba hay que haber saltado del yo a los demás en el soñar y trabajar por ellos, en el haber acumulado de los años la sabiduría para discernir más allá de los oropeles y las luces, el verdadero sentido de la vida. Uno no se busca serlo, la comunidad es la que acoge de su seno al elegido que obligatoriamente deberá ser sometido a ceremonias de iniciación, es decir el Yayay y la Mamá Shaba deberán morir en parte de su vida para que otra parte nueva pueda nacer con una conciencia absoluta de ese adiós y esa bienvenida.
Este año como seres de esa armonía Aurora Aviles y Franklin Cárdenas toman la posta de una fiesta sagrada que deja atrás los viejos paradigmas de la celebración de la carne y construyen desde sus conciencias individuales el puente entre dos etapas de nuestra historia la que a ratos nos golpea y la que desde hoy nos enorgullecerá. ¿El futuro, es el retorno..?
3 comentarios:
perfecto gabriel y no olvides enlazarte con nuestros blogs
así reconquistaremos el mundo
como quisieran pinky y cerebros
saludos
diego
buena onda andina
saludos desde las tierras del centro
hola, mi nombre es gustavo y leyendo tu espacio mi lo de mama shaba.
Hace untiempo estoy tratando de encontrar el significado de la palabra SHABA. Podrias darme una mano con ella?
sernaturalcba@gmail.com
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