Uno tiene derecho a encaminar su vida dentro de un proceso de tallar su ser interior día a día, de ir perfeccionando su propia espiritualidad en el convivir con la tierra, los hombres y las especies. Uno tiene el derecho a creer o a no creer, es por eso que molesta sobre manera cuando mojigatillos mercaderes de la fe se acercan a la puerta del hogar a vender esperanzas y a señalar con el dedo a quienes llaman los malos, los pecadores.
Molesta que siempre lancen la primera piedra y que en el nombre de un Dios al que ni siquiera conocen en su palabra, en su doctrina teológica y en sus rasgos humanos comiencen a segregarnos por pensar diferente, por no asumir el dogma y ser “los malos, los pecadores, los culpables que deben arder en los eternos infiernos”. Que es el infierno sino la expresión de una imaginación sublime que pudo conjugar todos los miedos y tormentos humanos alrededor de la ley de causa efecto: te portas mal te vas al infierno
La ley de causa y efecto incide en todas las expresiones de la naturaleza y por lo tanto en el hombre, tal es su alcance que es de por si la que permite entender las incidencias y transformaciones del entorno. Como dicen los sabios nada es casual todo es causal. Así por ejemplo el calentamiento de la tierra no responde a un castigo divino por los pecados del hombre sino a la variación climática por el abuso del hombre sobre la tierra y sobre todo por una crecimiento industrial desnaturalizado que acaba con bosques y emite día a día más C02 a la atmósfera.
Es muy posible que la ley de causa y efecto sea una ley divina y que entre la física y la teología no exista tal división como no la habría entre las matemáticas y dios. Es muy posible y sin embargo nadie que lea este articulo esta obligado a creerlo y mucho menos a practicarlo. Ya basta de señalar con el dedo a quienes piensan, a quienes sueñan de forma diferente.
El pecado no existe es una invención del hombre para manipular al hombre, lo que existe son las perversiones contra natura y esas son cobradas en su dimensión real por natura, la vida es una ruleta rusa, por eso no podemos disparar contra los árboles, los pájaros o los niños porque aquí pagamos los errores, aquí nos encuentran nuestras propias circunstancias y no crucifican en la esquina de los espejos donde nos reflejamos.
Quienes golpean las puertas o que en forma casi grosera con sus rezos nos exilian al lado de los fariseos, están muy equivocados en su actitud ya que nosotros como seres humanos tenemos el derecho a elegir nuestras creencias y a encaminarlas en nuestra forma de vida, lo que nunca debemos olvidar es que la vida cobra cada error con tasas de interés muy altas.
Molesta que siempre lancen la primera piedra y que en el nombre de un Dios al que ni siquiera conocen en su palabra, en su doctrina teológica y en sus rasgos humanos comiencen a segregarnos por pensar diferente, por no asumir el dogma y ser “los malos, los pecadores, los culpables que deben arder en los eternos infiernos”. Que es el infierno sino la expresión de una imaginación sublime que pudo conjugar todos los miedos y tormentos humanos alrededor de la ley de causa efecto: te portas mal te vas al infierno
La ley de causa y efecto incide en todas las expresiones de la naturaleza y por lo tanto en el hombre, tal es su alcance que es de por si la que permite entender las incidencias y transformaciones del entorno. Como dicen los sabios nada es casual todo es causal. Así por ejemplo el calentamiento de la tierra no responde a un castigo divino por los pecados del hombre sino a la variación climática por el abuso del hombre sobre la tierra y sobre todo por una crecimiento industrial desnaturalizado que acaba con bosques y emite día a día más C02 a la atmósfera.
Es muy posible que la ley de causa y efecto sea una ley divina y que entre la física y la teología no exista tal división como no la habría entre las matemáticas y dios. Es muy posible y sin embargo nadie que lea este articulo esta obligado a creerlo y mucho menos a practicarlo. Ya basta de señalar con el dedo a quienes piensan, a quienes sueñan de forma diferente.
El pecado no existe es una invención del hombre para manipular al hombre, lo que existe son las perversiones contra natura y esas son cobradas en su dimensión real por natura, la vida es una ruleta rusa, por eso no podemos disparar contra los árboles, los pájaros o los niños porque aquí pagamos los errores, aquí nos encuentran nuestras propias circunstancias y no crucifican en la esquina de los espejos donde nos reflejamos.
Quienes golpean las puertas o que en forma casi grosera con sus rezos nos exilian al lado de los fariseos, están muy equivocados en su actitud ya que nosotros como seres humanos tenemos el derecho a elegir nuestras creencias y a encaminarlas en nuestra forma de vida, lo que nunca debemos olvidar es que la vida cobra cada error con tasas de interés muy altas.
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