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26 noviembre 2010

Réquiem por nosotros

Hermano la calavera,
casi hecha polvo
en la memoria,
nos empuña;
comienza a apolillarnos.

Bailo un yaraví de mi tierra
como cuando éramos inmortales
en mujeres ajenas.
Cuando saltábamos lozas
sin mirar señales.

Nos vamos muriendo,
las canicas de la infancia
y el vuelo en otros mundos
se hacen lejanos
ahora que ya no somos
ni pólvora ni placer
en las tapias del cielo


Gabriel Cisneros Abedrabbo
26/11/10