Seguidores

12 septiembre 2007

MOMO


Gabriel Cisneros Abedrabbo
poesialas@hotmail.com


Momo, novela juvenil del escritor alemán Michael Ende, publicada en 1973 realiza una profunda crítica social al egoísmo de los seres humanos, a su falta de tiempo compartido y a la ruptura de los espacios comunes en la construcción de las memorias vivas de las ciudades। Ende, desde la parábola literaria, se adentra en la realidad excluyente de las sociedades del primer mundo, las crítica fuertemente y nos invita a volver al humanismo perdido en la recuperación del tiempo común. Por esta novela el autor recibió el reconocimiento con el “Premio de Literatura Adolescente de Alemania” en 1974.


La novela se proyecta desde la dualidad de la realidad, por un lado Momo, la niña que es centro de convergencia social de una comunidad que ve en la niña huérfana, el engranaje para la construcción colectiva, para soñar, jugar, cantar y reír; y, por otro lado los hombres grises, esos malévolos seres que van robando a la humanidad el tiempo। Momo se caracteriza por saber escuchar, por interesarse en los demás por vivir comunitariamente, ese don de Momo hace que los tristes de la comunidad o quienes tienen conflictos la visiten, conflictos que se pierden en el diálogo y que en la mayoría de los casos los personajes ven que se dan por los malos entendidos, que no hay guerra tan grave ni soledad irreparable; los niños juegan e inventan juegos con Momo y ellos junto al viejo barrendero Beppo serán los únicos que se den cuenta que algo pasa con el tiempo, que se están construyendo disfrazadas cárceles para aislarlos a los humanos unos de otros y que en el trabajo van dejando más que la vida, van dejando el sentido del para que estamos aquí. Momo también es amiga de Gigi, un joven cuenta cuentos, con el que comparte sonrisas y espacios, hasta que este es seducido por los hombres grises; Gigi a pesar de la fama, el dinero y los “amores” que adquiere desde que pierde contacto con Momo pierde la felicidad, no está seguro de ello pero la duda va creciendo día a día, como en el salonero que ya no puede charlar con los clientes y se ve avocado a interminables máquinas para el servicio de los alimentos, todos saben que han perdido algo valioso, pero no saben que…, una angustia persistente se va tomando las ciudades y las gentes.


Momo, es una amenaza para los hombres grises, tal vez por su don de escuchar o por su alma libre, por ello y por ser la única conciencia de lo que esta pasando en esa realidad, se ve en la tarea de rescatar a sus amigos, es así que con la ayuda de la tortuga Casiopea emprende el viaje donde el Maestro Hora, quien le da las herramientas para acabar con los hombres grises
Allí donde un niño esta encarcelado en oropeles que no lo dejan soñar o donde un hombre pierde el humanismo y su tiempo libre para ir al cine, charlar con los amigos están rondando los hombres grises que siempre acechan a la humanidad en busca de convertirnos en autómatas sin alma…

TRES AÑOS DE UNA “VIDA A COLORES”


Gabriel Cisneros Abedrabbo
poesialas@hotmaail.com

El reto de ir más allá de la objetividad, que es más bien un concepto relativo, en la busca de la veracidad y del compromiso con las sociedades con las que se esta interrelacionado, es el objetivo que se ha trazado la revista de variedades “Vida a Colores”; revista que se encuentra celebrando tres años de servicio a la colectividad del centro del país.

La revista ha fructificado en las manos y pensamiento talentoso del comunicador social Diego Vallejo, circula con Diario “La Prensa”, todos los jueves, en sus páginas nos hemos informado de temas culturales, de pareja, de farándula, de ciudad y de todos esos tópicos alrededor de los cuales nuestra vida va girando.

“Vida a Colores” ante todo es un eje periodístico de convergencia democrática para poner en el tapete de la discusión problemáticas humanistas, cuyo desconocimiento social genera conflictos profundos, en temas de sexualidad, interculturalidad, economía, política, etc. En sus páginas también se dan buenas noticias, aquellas que las gentes esperan con voracidad, porque estamos cansados del pesimismo absolutista que prevalece en muchos medios de comunicación; dentro de esas buenas noticias ésta sección de la revista “Libros y Personajes de la Cultura”, en la que buscamos permanentemente proyectar a aquellos creadores cuya obra en los estético y cuyo pensamiento en lo social y humanista siembre esperanzas en los andes de nuestra ciudad, la crítica estética busca generar autoestima en nuestra ciudad.

Realmente es muy difícil realizar esta nota, porque implica una autocrítica, al ser parte del ente comunicacional, sin embargo no podíamos callar la felicidad interna, porque este proceso se mantiene en el tiempo y el periodismo serio de la provincia tiene sus espacios para dar vida a la gente, para que sus colores sean de esperanza en el salto colectivo a inciertos futuros a los que tememos menos, porque existen voces y espacios como este para hacer lo que alguna vez sembró Alfonso Chávez Jara, en la Casa de la Cultura: “Forjar la memoria colectiva de una sociedad más humanizada”.

Ese es el eje fundamental del instrumento comunicacional, trabajar en los planos intangibles, culturales, humanos de la memoria colectiva, cultivarla con afectos; sembrar en su horizonte utopías posibles, para que nuestro mundo, partiendo de nuestro entorno más inmediato es decir la comunidad, el barrio y la ciudad tenga voz en la solución de los problemas. Para que la soledad social fruto de un avasallamiento cultural no afinque en nuestras casas, para que recuperemos esos espacios comunes y con ello la felicidad de respirar y amar.

Reitero desde el orgullo la felicitación para “Vida a Colores” y su director Diego Vallejo, porque como canta Silvio Rodríguez nos hacen saber que no todo está perdido y nos ofrecen el corazón cada jueves.

RAMIRO CAIZA, DE FRENTE A LA VIDA


Gabriel Cisneros Abedrabbo
poesialas@hotmail.com

Joaquín Sabina, emerge desde esos ángulos de la piel donde la música es posibilidad, mientras la poesía de Ramiro Caiza, me vuelve cómplice de un ponerse “De Frente a la Vida”, como diría Benedetti, “sin excusas ni esclusas”, el hombre envestido de la palabra deja de ser en el sentido intrascendente y se vuelve eterno en el arte, en la poesía, esa concubina que amamos en colectivo.

La voz poética de Ramiro Caiza, comparte con su generación ese desencanto que proviene de una realidad donde la “tribu” creativa se ha roto y solo hay lugar para la transformación del mundo desde la visión particular de quién es “... el desechado del paraíso/ eterno”, en un mundo que globaliza todo, el intimismo creativo nos da la sintomática de una sociedad enferma de soledad y es el poeta quien más la padece, quien más muere. La soledad como lugar común de la época, moldea seres humanos intimistas, los comunistas se hacen ecologistas y las nuevas generaciones ya no cantan a Fidel, la revolución cubana puede ser importante pero desde la analogía de la soledad, el hombre trata de hallar sus equilibrios en la espiritualidad, y no en la materia, busca transformar el mundo desde adentro hacia fuera y no desde afuera hacia adentro.

El desnudarse frente a la palabra, el transmutar los verbos y las oraciones en sensaciones que nos golpean, el inventar códigos; son acciones que se adivinan en la lectura de los textos, acciones que se suman a un intenso trabajo, a un profundo sentir, sobre todo a un profundo amar.

El poeta, se expresa con dejos de nostalgia, el texto permite que adivinemos las ausencias, a Nicolás le escribe “a vos te conocí / albo / vivaz / en la faz / de tu abuela”. Delata Ramiro sin querer su condición de migrante, su condición de desesperación en un país que nos rompe las alas pero no los sueños.

El poeta crea y recrea, sus desesperaciones en este texto que sin lugar a dudas al leerlo anclará en sus sueños y soledades, como ancló en mi rictus frente a desnudas lunas de papel; por la profundidad de las sensaciones con que el ser humano nos llueve, desde la expatriación voluntaria por el pan, por la vida y quien sabe tal vez por el amor.