Ante nosotros la voz de un ser alado, que ha transitado todos los caminos ¿Estamos preparados para ser ungidos con tanta vida? En la ebriedad de la poesía cosechada de Carmen, escribo estas líneas que se volverán gárgolas inútiles ante el manicomio de tanta verdad.
Bienaventurada la hora en que Carmita despertó del sueño en las manos de Alfonso Chávez Jara, en que su Jaspiario alimentó viejos exilios de esperanza. Ahora la escritora nos deja huérfanos y priostes de los maíces que han germinado en el común lugar de nuestro siempre.
Gabriel Cisneros Abedrabbo.