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15 octubre 2008

LA PALABRA COMO DON DE DESARROLLO


Gabriel Cisneros Abedrabbo
http://www.dicciondesnuda.blogspot.com/

En el principio existía la Palabra y la Palabra
estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
Evangelio de Juan

La palabra, ese don que nos diferencia entre otras especies para permitirnos abstraer la realidad en conceptos que se transmiten de generación en generación; construyendo la cultura de los pueblos; en el caminar desesperado de la era del conocimiento aparentemente ha perdido su poder mágico divino, lo que ante todo es un error, porque si no entendemos que la palabra es poder corremos el riesgo de desaparecer o ser absorbidos por quienes construyan desde la palabra puentes y señales en la transformación humana.

Riobamba, urge de que la palabra sea utilizada con seriedad porque desde distintos escenarios, por un lado es instrumento de maledicencia y por otro lado se hace de ella plataforma populista para proyectar egos sin propuestas desde las institución que administran la ciudad y la provincia. En el primer caso algunos comunicadores sociales entre comillas deshonran a los ciudadanos, sin importarles su contexto histórico – humano; solo sustentados en la antipatía pisotean la dignidad y honra de las personas escudados en apodos para evadir la normativa legal; y, en el segundo caso politiqueros venden la “felicidad” entre esperanzas que se esfuman frente a la realidad.

Personalmente he recibido los puñales por el mal uso de la palabra y posibilidades frente a la palabra constructora, lastimosamente los desencantos a veces son mayores que las esperanzas. Jorge Moncayo Donoso, autor del himno a Riobamba por esas actitudes terribles salió de nuestra ciudad, reflejando la profunda crisis de oportunidades que se vive nuestro entorno.

En un escenario adverso como el nuestro, debemos siempre buscar la oportunidad. Riobamba desde el pensamiento libre debe hacer de su identidad la herramienta para el desarrollo. Construyamos la palabra esperanza cuando expresemos públicamente hechos que estemos seguros son apegados a la verdad, no ridiculicemos a quien no se puede defender y no nos neguemos ante ninguna posibilidad de cambio, no olvidemos que la verdad únicamente se encuentra en la contradicción por ser un hecho dialéctico que se puede enfocar desde mil prismas. Nuestra palabra debe reflejar nuestra verdad, sin negar desde el dogma particular otras verdades.

Disentir no nos debe hacer enemigos, nos debe proyectar a construir desde la palabra nuevos esquemas, nuevas utopías que colectivamente se hagan realidades. La palabra tiene poder y desde ese poder debemos hacerla instrumento para dar felicidad, instrumento para que el amor se haga pensamiento y acción para un mejor vivir.

Leguemos a las futuras generaciones la palabra de riobambeño, como paradigma de rectitud, verdad y poder

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