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22 noviembre 2006

EL CÓDIGO DA VINCE: LA POLÉMICA

Gabriel Cisneros Abedrabbo
poesialas@hotmail.com



Sin lugar a dudas Jesús, es el personaje más trascendente de nuestra historia durante los últimos dos mil años, a tal punto que sus enseñanzas calaron hondo alrededor del mundo y su filosofía se ha convertido en parte fundamental de nuestra vida. Creamos o no que él fue el hijo de dios, es muy cierto que, vivimos cobijados con su doctrina, con su forma peculiar de ver el mundo a través de la filosofía del amor.

Con la publicación de la novela de Dan Brown, “El Codigo Da Vince”, se ha abierto un viejo debate sobre la vida secreta de Jesús, sobre su relación con María Magadelena, que ha dejado de ser inclusive para los más tradicionales “la prostituta” y se la reconoce como a alguien muy cercana a Jesús. Lastimosamente dentro de culturas intolerantes se ve como un sacrilegio el solo mencionar la posibilidad de que el matrimonio de ellos se hubiese consumado en las bodas de Canán, lo que es muy probable y no haciéndonos eco de la novela sino más bien de muchas leyendas que giran en Francia alrededor de los Templarios y el Priorato de Sión.

Sin afirmar ó negar nada, no veo el por qué debe dolernos tanto el que Jesús haya amado en una forma más humana, en una forma que rompería con el mito que el “sexo es pecado” y nos ayudaría a vivirlo dentro de los parámetros socialmente establecidos con la plenitud con que debe ser sentido y palpado. Entender la sexualidad de Dios y aceptarla es un nuevo paradigma, es el reto que muchos nos hemos planteado, lo que realmente es una revolución mental y un salto cuantitativo y cualitativo en las relaciones sociales de nuestra cultura. De ahí con mayor libertad se podría replantear una doctrina sustentada en el amor y que viva desde el amor y el respeto que vaya más allá del que si9ente el hombre por el hombre y se multiplique hacia plantas y animales.

“El Enigma Sagrado” y otras publicaciones de investigadores en pro y en contra, nos dan pistas en las búsquedas que debemos tener todos los seres humanos en relación con esa gran energía que para mí, de forma muy particular, es Dios. Huellas que en el acontecer espiritual de las personas tienen que ser asumidas con tolerancia, si perdemos la tolerancia se generarán como en la edad media guerras devastadoras que en el nombre de dios desdecirán de todo lo que predico Jesús.

Invito a los amigos lectores a hurgar en las posibilidades de la historia, a intentar desentrañar los círculos míticos que envuelven muchas verdades y a volar a los lazos y preguntas que laten bajo libros, que de una extraña manera intentan comunicarnos el salto que debe dar la humanidad en su siguiente paso de evolución.

Antes de terminar este artículo, al igual que yo amigo lector pregúntese: ¿Qué de malo tendría si Jesús hubiese amado de una forma más humana . . .?

1 comentario:

jorge abenauer duque moreno dijo...

siempre he creido en la existensia de Dios y su hermosura de la creacion del universo y Jesus, pero mostremos a Jesus como un hombre con todos sus quereres y herrores, yo creo en el hombre libre y sensato he inteligente como fue jesus, pero el hombre u la umanidad no es falsa es creada con unos principios o criterios modificables que se generan para transsender en algunos aspectos como la mentira el odio la perbersidad si no es asi entonces porque el fracaso de la hermandad. Creo en el amor que damos en la ayuda a los necesitados pero en esas creencias fanaticas de reuniones y griterias no. jesusn ni Dios se pasean en ninguna parte nuestra fe es la que nos ilumina lo demas es puro sarcasmo de estupidos y es que existen muchos pastores bandidos que se aprobechan de loa debilidad de algunos feligreses pero todo es mentira.
el codigo de da vince se aserca mucho a la realidad nos demuestra la verdad cientifica.
no creo en nada de simberguensura de los pastores arrodillados y mucho menos de los degenerados de costumbres religiosas de p'ersonerias juridicas como los cristianos protetantes, los testigos de jeova iluminatis lo mismo que los mormones y cuantos más degenerados que suelen llamarce hijios de Dios.