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19 enero 2007

PEREGRINAJES Y RAPTOS NUEVA EDICIÓN POÉTICA DE GABRIEL CISNEROS ABEDRABBO


Guillermo Montoya Merino


Si buscamos evidencia actual en la producción poética de Riobamba, encontramos estelar respuesta en el trabajo de Gabriel Cisneros Abedrabbo, joven taumaturgo de la palabra, que asume heroicamente su vocación, para no sucumbir ante la tropelía del consumismo deshumanizante que avanza incontenible, derribando toda manifestación de espiritualidad.

Gabriel Cisneros abre otras páginas de su corazón para la memorable entrega de su nuevo libro “Peregrinajes y Raptos”, quinto poemario que avala su admirable persistencia en el quehacer poético.

PEREGRINAJE Y RAPTOS es un texto que deviene con dos visiones simultáneas, preocupaciones íntimas vinculadas en unidad por el hiperestésico sentimiento del poeta:

El “PEREGRINAJE” del amor en impredecibles viajes, en la circulación de interminable búsqueda por confusos laberintos. El desasosiego por los silencios inexplicables y los absurdos olvidos; las lágrimas recuperadas de liturgias de besos inconclusos, de padecimientos que descansan en los umbrales de la muerte. Esta piadosa erranza cruza las momentáneas estaciones de los desniveles de la memoria, del equilibrio y de la catalepsia, para luego arribar a puertos apacibles de adoradas huellas y recordados besos, estancia serena que acoge la contracurva de la sensualidad para guardarla piel adentro, en un apasionado despliegue de versos para la mujer amada.

Los “RAPTOS” de la serenidad convulsionada por los absurdos del entorno, por la sinrazón de la desesperanza colectiva, por la vida y la muerte que se debaten en el temblor a la quietud de una cuerda floja para proclamar su victoria.

El inusitado encuentro con los muertos admirables para recuperar herencias de heroísmo y dignidad. El salto al balcón panorámico de la seudo-poesía, de la infundada sobredimensión de la palabra, de la patibularia crítica literaria. El súbito arrebato que rompe la atadura del simple existencialismo cotidiano, para el inevitable y definitivo encuentro con lo cósmico y telúrico.

La quinta estación del viaje poético de Gabriel Cisneros, nos deja una valija con su obra poética bien hilvanada, con el color inconfundible de la madurez creativa.

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